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| (Img-1. Cheetara: Easily The Hottest Thundercat) |
Tal vez suene un poco extraño que en este blog se hable de un "Conejo Blanco" pero este conejo ha sido una de esas cosas raras que me han impactado en mi vida y es por eso que merece un espacio en este blog.
Resulta que por ahí del año 1999 salió un capitulo en “Los Simpsons” llamado “D’oh en el viento” que básicamente consiste en que el gran Homero J. Simpson quiere saber que significa la “J” de su nombre y llega a una granja de hippies (amigos de su madre) en donde descubre el significado de su “J” y sus ganas de ser hippie, pero como siempre se mete en problemas y resulta que después de una trama muy entretenida termina creando jugos de verduras combinados con peyote que salen a la venta en “Springfield”. Cuando los habitantes de dicha ciudad empiezan a tomar esta bebida empiezan a tener alucinaciones y mientras esto sucede en el fondo musical aparece el conejo blanco…
En ese momento no supe de que se trataba no sabía explicar exactamente la canción como para preguntar a alguien por ella, solo sabía que una voz femenina constante y potente acompañada por un bajo muy denso, redobles de tarola y una guitarra con una rasgueo muy simple generaban una atmosfera muy a doc con lo que ocurría en ese momento en el capítulo.
Diez años después con ayuda de mi señor padre, me he podido enterar del grupo y la canción de este capítulo y finalmente he logrado “atrapar” éste conejo blanco que ya casi se convertía en obsesión. Se trata del grupo “Jefferson Airplain” y su canción “White Rabbit”. Esta canción tiene mucho de la esencia de lo que era el “Hippie” en finales de los 60’s, preocupado por la paz mundial y porque nunca faltaran las drogas en la mesita de centro del depa.
La letra de este grupo de rock psicodélico escrita por la cantante Grace Slick se inspira principalmente en la novela de “Alicia en el país de las maravillas” y trata de justificar el uso de las drogas, ya que en la época todo necesitaba una razón de ser y lo que no se podía explicar se visualizaba con una buena dosis de drogas, como dice la canción en parte de su letra… “Cuando la lógica y la proporción han caído muertos descuidadamente… ALIMENTA TU MENTE!!”
Googleando me enteré que esta canción en su letra está inspirada principalmente en los efectos que provoca el peyote y LSD así como del intento de Lewis Carroll por describir (según los hippies) los efectos de las drogas en su novela Alicia en el país de las maravillas, mientras que musicalmente se dice que la principal influencia fue el “Bolero de Ravel “ debido a que la canción empieza de un ritmo simple y constante y va “in crescendo” hasta llegar al clímax musical.
Esta es de las primeras canciones que se atreven a mencionar tan explícitamente el uso de las drogas y ese “conejo blanco” hasta nuestros días ha sido la imagen del las alucinaciones y el paralelismo de un mundo que a veces no podemos comprender sin “alimentar la mente”, no se, cuestión de perspectivas. Por mi parte esta canción es realmente una obra de arte y musicalmente transmite sensaciones mientras va subiendo de intensidad realmente un conejo difícil de capturar.
Como dato curioso, el capítulo cinco de la primera temporada de LOST, se llama “White rabbit” y la trama principal es sobre los delirios y alucines que empieza a tener Jack por la falta de sueño, las cosas que lo perturban, las razones que lo lleva Australia y las circunstancias que lo llevan a la misteriosa isla.
Conejo blanco… ¿en qué otro lugar te encontraré ahora?
(Llegando al campo)
playera extraña y llena de muerte se cruzó en mi camino (la playera decía “Iron Maiden“) y fue cuando las ondas alfa y beta en mi cerebro buscaron una respuesta a lo que veía para finalmente pensar…. “Ah chinga, chinga???... y eso que pex??”, le pregunté al tipo este que “de que era su playera” a lo que con una sonrisa burlona me dijo “pss es la mejor banda… el airooon… ” 0.0 orale… después de eso y con la imagen de la playera en el cerebro llegue a mi casa, hice la tarea como loquito y esperé a que mi papá llegara a la casa y una vez que terminó de comer le pedí que me llevara a una tienda de música como solo los chamacos sabemos hacerlo… “me llevas??, si??, si?? pooooorfa!! o te sigo llorando al oído toda la tarde” jajajaja. Una vez que logre mi objetivo y estando en los cassettes (si, soy de la época de los cassettes y que??) preguntamos por “el airon” pero nadie supo que onda con “el airon”, así que un tipo nos dejo en la zona de cassettes “importados” y anda la osa!!!... no era “el airon” ni la imagen de la playera, pero era un disco con una portada negra y una cruz con unas calaveras… nada más y nada menos que el appetite for destruction de Guns n’ Roses sin conocerlo simplemente le dije a mi papá “este es el grupo, vamonos” mi papá lógico con tal de ya sacarse el problema accedió a comprar el cassette y salir de la tienda.
llegó con un CD de Sepultura, la portada era enfermiza, un tanto abstracta, llegué a mi casa y lo puse… ¡Santa mieeeeer… mana!!! que diablos eran esos gritos!!, la guitarra era super potente, la batería con doble bombo impresionante… debo reconocer que los primeros 3 días no podía digerir lo que escuchaba, pero inexplicablemente no podía dejar de escucharlo hasta que llegué a la conclusión que quería más!!! Jajajaja así que contacté a este pequeño duende del arcoíris (mi cuate el enano) y juntos empezamos a localizar más bandas y más discos, llegó Obituary, Pantera y junto con ellos el death metal con Suffocation, Incantation, Dissection, Benediction, osea todo lo que terminaba en “tion” yo lo compraba valiendo madre jajajaja.
alivio, mis manos y dedos tocaban solos, mientras mis ojos observaban a los familiares, amigos y a toda la banda metalera brindándonos su completo apoyo, todo fue una fiesta completa todo mundo disfrutó, no se por cuanto tiempo tocamos pero entregamos toda nuestra energía al publico presente, el horror desatado por el martilleo constante en la batería de Alex me motivaba a seguir, el micrófono en manos de Abraham torturaba placenteramente a las almas presentes, mientras el mismo infierno se hacía presente en cada maldito acorde saliente de la guitarra de David a la vez que Daniel ponía a cimbrar el ambiente con el poderoso bajo y por momentos la melancolía y densidad de mis teclados se hacía presente envolviendo de frenética maldad el ambiente para dar un respiro y posteriormente continuar con el azote de hordas y hordas de “riffs” que no querían terminar.
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